Compartimos fragmentos del ensayo de Magdalena Cosco, miembro del equipo impulsor del Festival, escrito para la materia Arte y Enunciados Estéticos 2 de la licenciatura en Danza Contemporánea, de la Facultad de Artes de la Universidad de la República Oriental del Uruguay.
Desde muy chica me he vinculado con el mundo de la danza contemporánea y en el marco de una familia vinculada siempre al arte, por lo que este, ha sido siempre un lugar natural para mí.
La danza contemporánea me ha permitido expresar emociones que de otra manera no hubiera podido. Me ha permitido conocerme, ser yo misma, ser.
Heidegger piensa al arte como el espacio donde se da la apertura del ser, esto es, donde se devela la verdad, y esto creo haberlo experimentado.
Heidegger sostiene que el estado del sentimiento es más originario que el pensar y el querer: «el hombre no es un ser pensante que además quiere, pensar y querer al que se le agregarían por otra parte los sentimientos… sino que el estado del sentimiento es lo originario» y esto fluye y se evidencia en la danza contemporánea.
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Vivimos en una sociedad donde prima el intelecto frente a las artes, como si las artes no tuvieran intelecto y cuando, como sostiene Nietzsche, el arte, como modo de representación (que se da en mayor o menor grado) y expresión de los sentimientos del ser humano, está ligado directamente a la vida.
La vuelta a la Tragedia Griega en el arte fue impulsada también por Richard Wagner, en lo que él llamaba la Obra de arte Total, la cual consistía en una obra que integraba las seis artes: la música, la danza, la poesía, la pintura, la escultura y la arquitectura. Wagner creía que la tragedia griega fusionaba todos estos elementos, que luego se separarían en distintas artes.
En la obra de arte total el espectador debería de sufrir la inmersión en el drama, por lo que el diseño del lugar era parte de la obra. Desde entonces el concepto de obra de arte total comenzó a desarrollarse en diferentes movimientos y lugares.
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La danza contemporánea surge como obra de arte total, ya sea como elemento estructurador de la misma o como parte subordinada a otras artes.
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En estos tiempos de realidad cada vez más compleja y menos dispuesta a ser codificada, la danza moderna cumple un rol importantísimo.
El lenguaje corpóreo, cinético y sensible surge como forma alternativa de comunicación en este mundo caótico donde todo es posible y nada lo es.
Conecta con el ser permitiendo interpretar el espacio y tiempo que habitamos, como una forma eficaz de conexión con la realidad.
La danza contemporánea no solo me ha permitido expresar mis emociones si no que a su vez transmitirlas, generando una comunicación con los demás, a través de mi cuerpo, de mi cuerpo en situación, el Dasein del que habla Heidegger. Como una forma de plasmar mi vivencia y hacer comunidad de forma sensible e intuitiva, como alternativa a la manifestación de la palabra.
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En cuanto a mis expectativas con la danza contemporánea, tengo una a muy corto plazo.
He sido seleccionada para integrar El Primer Festival Internacional de Artes Inclusivas que se realizará en el SODRE en 2022 y con el auspicio de la Red de Institutos de Cultura de los Estados Miembros de la Unión Europea.
Cinco bailarines con discapacidad nos uniremos al ballet del SODRE para realizar una obra de danza contemporánea que abrirá el Festival Sin Límites, bajo la supervisión de la coreógrafa española Ingrid Molinos, quien tiene la experiencia con la experiencia de integrar desde 2009 la compañía de danza inclusiva británica Amici y quien sostiene que:
«Para mí la particularidad no está en los bailarines con discapacidad sino en trabajar todos juntos, teniendo una discapacidad o no. (La clave) es encontrar la personalidad de los bailarines y desarrollar y facilitar esa personalidad, que ellos tengan la elección de sus movimientos y de poder expresarse».
La obra será accesible para todas las personas espectadoras y por ejemplo se contará con Audio descripción para personas ciegas y sonido inalámbrico individual para personas de baja audición.
Esto lo vivo como una oportunidad para experimentar una obra de arte total desde un escenario. Danza, música, luces, escenografía, vestuario, espectadores, donde cada parte está al servicio del todo, donde el movimiento de cada uno de nosotros deberá de estar en armonía con el grupal y con el resto de las artes.
La diversidad se nos plantea como un nuevo mito ordenador, y la danza contemporánea es la puerta en el mito, es un vehículo para que todas las personas podamos ser.
La danza contemporánea, quizás no de forma consciente ni racional, ha sido mi lenguaje, mi nave en el vivir, ha sido siempre mi puente con los demás y espero que la danza inclusiva comience a ser en breve «lenguaje universal» en el espacio tiempo que vivimos.
Magdalena Cosco – gracias Federico y Gabriela por el apoyo para realizar este trabajo.
